Lunes, 20 Junio 2016 23:28

EN POS DE UN MAÑANA

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El tiempo va transcurriendo segundo a segundo, minuto a minuto. Y así. Pero a la vez, se va generando cambios en nuestra sociedad.

El país sufre un desarrollo en diferentes ámbitos, pero en el educacional muchas autoridades se preocupan por ello, aplicando en los colegios nuevos programas de educación, implementación de más tecnología, infraestructuras nuevas, entre otras; pero existen zonas alejadas donde carecen de todos estos beneficios.

Hoy en día observando la realidad, surgen influencias que conllevan a un porcentaje de adolescentes a realizar actos negativos, mermando en su rendimiento académico y es ahí donde se genera una interrogante: ¿De qué vale tener tantos beneficios y facilidades, si existen personas que no aprovechan? Los jóvenes de la actualidad prefieren el libertinaje, se involucran con el alcohol, las drogas, alterando su comportamiento e historia de vida, volviéndose más agresivos y hasta pueden llegar a faltar el respeto también  a los padres.

No piensan en su futuro, solo viven su presente sin importarles las consecuencias que pueden traerles, no les interesa ni lo más mínimo su educación, a veces no asisten al colegio y sus padres hacen un gasto en vano. Lo que más me llama la atención es que habiendo niños que viven en lugares olvidados, tienen otras ideologías, si ellos tuvieran estos beneficios si lo aprovecharían y valorarían; pero lamentablemente son olvidados por nuestras autoridades.

Todo depende de nosotros, el cambio de nuestro país, pero no es tarde, por ello yo quiero hacer un llamado a la juventud de hoy, que tengan conciencia de sus actos, pero no solo a ellos sino también a los padres,  que muchos de ellos no les brindan tiempo a sus hijos, ni una confianza plena para que los hijos puedan contarles sus problemas y ellos aconsejarlos.

Si seguimos así no vamos a conseguir nada, tendremos un futuro incierto. Tal vez muchos de nosotros ya no estaremos en este  mundo, pero nuestros hijos y las demás generaciones habitarán y terminarán pagando por lo que nuestra sociedad está causando. El cambio es inmediato muchas veces culpamos a nuestras autoridades, pero la realidad es que nuestro Perú se hunde en exacta proporción de “viveza” que alimentamos día tras día. Ya es suficiente, el cambio debe empezar por uno mismo. Bajo un solo propósito: una mejor calidad de vida para todos los peruanos.

Carlos Mendoza

Tengo 16 años. Nací un 21 de marzo en Tarma “La Bella Perla de los Andes”, habitando allí durante 14 años. Posteriormente migré a Lima y este año estoy cursando el 5to año de educación secundaria. A través del curso de Comunicación,  estoy llenando de sangre mi vena escritora. Actualmente soy alumno del emblemático Colegio Militar Leoncio Prado.