El día ha llegado
Escrito por Promoviéndote PerúLos días van y vienen. Más allá de cómo lo empecemos o terminemos, sabemos que el día tiene un lapso absoluto, pero a pesar de ello, no dura lo mismo para todos. Es innegable que la rutina nos agobia y mucho, somos un ente netamente dependiente de las fechas, hacemos o deshacemos nuestros planes en función a los días. Un jueves no es igual de trajinado que un martes, así como un viernes no es igual de esperado que un lunes. Los sábados… Esos son la sal y la pimienta de la semana, es decir, varían de acuerdo al gusto de fulano o mengano. ¡Firmes! ¡Descanso! ¡Atención! Que en la marcha de lo descrito, los domingos son lo segundo: el descanso que todos queremos.
Un día te despiertas y lo escrito líneas arriba no tiene sentido porque no sabes qué día es, te levantas de tu cama con dolor de nuca, vas al baño, te miras al espejo y no te reconoces en él. Te mueves, el reflejo te imita; solo distingues un rostro diseñado por el mal sueño. Te acercas al inodoro para expulsar lo que tu vejiga hinchada almacena. Sientes alivio. Al rato, fastidio. Eliminas las sustancias de tu cuerpo, sin embargo las de tu mente se mantienen. No las puedes liberar. Ya durante la madrugada lo intentaste poniendo al sueño como excusa, no tuviste éxito, solo rodaste como amasador por tu cama porque fracasaste al dormir.
Entonces, permíteme reflexionar: ¿Es posible que trabajes y estés en un break? ¿Cómo, acaso se puede trabajar y descansar al mismo tiempo? Si no haces lo que realmente anhelas, sería una manera activa de descansar. Dejar de hacer es, casi-casi como no hacer, ¿verdad? Pongámoslo así, en algún momento de tu vida eres el gran chambeador, eres aquel pulpo que no se divide, que ejecuta todo y todo lo junta con tal de vivir mejor. Pese a que suele ser tardío, llega el momento en que uno se olvida de las circunstancias, vive plenamente un instante, una ilusión. Te iluminas, encuentras por fin la salida de ese oscuro túnel que significa la costumbre. Sí, ¡es una idea! Y no cualquiera, tiene el suficiente brillo para permutar el cristal pesimista con el que mirabas las cosas. La luz es la fe, es la motivación que difícilmente encontraste como aguja en un pajar. Te costó la vida hallarlo. Te costó un domingo, uno lento y de largo descanso.
Pero (y van de nuevo los demonios)… ¿Por qué alguien cambiaría de óptica de la noche a la mañana? ¿Cuál es el poder que ocultan las ideas? Dicen que nada nos pertenece excepto ellas, que a muchos les basta con la idea en sí de tener una idea. Debe ser porque se transmiten y perduran a través de las personas como un virus letalmente contagioso, supongo. Se incuba en la mente para propagarse en el aire, y no la detiene nada ni nadie hasta llegar a las aduanas del puerto llamado “Autorrealización”, ese en el que más de uno desea anclar. Como escribe Charles Bukowski, “si no sale ardiente de lo más profundo de ti, a pesar de todo, no lo hagas”. Creemos que esto sale espontáneamente de la mente, del corazón, de las entrañas… Porque ruge, sale del alma como un cohete, el sol interno está quemando las tripas del equipo que construye esta página. Este es el momento, estamos haciendo que suceda y queremos que siga sucediendo hasta que no estemos más aquí, o hasta que muera en nosotros y nos hagamos polvo. Somos un equipo que comenzó un sueño hace alrededor de siete años (uno por cada día de la semana) y hoy lo reanudamos porque no hay otro camino, y pensamos con firmeza que nunca lo hubo.
Promoviéndote Perú es eso y más. No es la idea de una persona, es la suma de las que tienen todos los peruanos, como personas de a pie, y como el colectivo mestizo y ancestral que con creatividad, pasión y optimismo, se levantan día a día con los ánimos de empujar su propio bienestar para adelante, como si este se tratase de un coche sin frenos. Porque como mandan los versos (parafraseados) del himno nacional, somos únicos, seámoslo siempre. No nos frenemos para encontrar excusas, estas nos han congelado por más de un año sin publicar nada, y por más de cinco en cuajar el proyecto por completo. Nos cansamos de postergar esta iniciativa de promover otras iniciativas. ¡Porque de esto se trata, querido lector! Este portal no pretende ser un pasquín de quiosco, queremos impulsar las noticias positivas y ser la ventana del Perú al mundo. De cómo nos ven y queremos ser vistos, de cómo nos sacudimos de la informalidad y nos limpiamos la cara de tanto estiércol que nos avientan otros medios. HEMOS VUELTO, y es que tal vez nunca nos hayamos ido. “Estuvimos idos”, ¡pero ya no! Somos Promoviéndote Perú, el país que quieres ver.

Promoviéndote Perú
En el comienzo, allá por el año 2006, Promoviéndote Perú era una de esas ideas positivas que concebimos cotidianamente, de esas que mayormente no logramos madurar por dejarlas pasar. En aquella ocasión, la intención fue cultivar la esperanza de convertirnos en el mejor intermediario entre los hacedores y el éxito, como el verdadero medio difusor del emprendimiento en la población.